Pocas palabras me parecen tan atractivas como estupor. Tiene una fonética muy potente y sonora, con mucho peso, pero sin ser ruda o áspera. Al contrario, tiene un aire afrancesado, es una palabra con estilo. Etimológicamente proviene del latín stupere y significa asombro, pasmo, aturdimiento.
Autor: Juan Miguel Carrasquilla
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