No imaginaba el emperador que una niña de 12 años se constituiría en uno de sus más temibles adversarios.
Redacción (06/03/2024, Gaudium Press) Hoy la Iglesia conmemora, entre otros santos, a Santa Rosa de Viterbo, esta humilde hija de campesinos italianos, que un día sus padres quisieron bautizar con el nombre de Rosa.
Algo tenía la niña, que su brillo encantaba a la gente.
Un día Rosa enfermó, tenía ocho años. Entonces en sueños se le apareció Nuestra Señora, y le dijo que debería vestir el hábito de San Francisco, pero sin irse de su hogar, donde debía dar gran ejemplo a familiares y vecinos, ejemplo de palabra y ejemplo de obra.
La niña se recupera, cuenta su sueño, recibe el hábito de penitente, y va adquiriendo una vida de piedad y contemplativa centrada en los sufrimientos que padeció Cristo en esta Tierra, y en la ingratitud que tenemos nosotros…
Autor: Saúl Castiblanco
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