Al llegar a la diócesis de Córdoba, constaté inmediatamente la gran devoción que los seminaristas y los sacerdotes cordobeses tienen a san Pelagio, y guardan para toda su vida. Basta escuchar el himno a su santo patrono, con qué entusiasmo es cantado. San Pelagio ha inspirado al clero cordobés muchos actos de amor y de ofrenda al Señor y han experimentado su valiosa intercesión en vivir la virtud de la castidad que los prepara para el sacerdocio.
Autor: Monseñor Demetrio Fernández
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