Conoció a San Ignacio en la Universidad de París. Al principio no le ponía mucha atención a ese estudiante entrado en años.
Redacción (03/12/2024, Gaudium Press) San Francisco Javier, un portento de hombre, al cual Dios le exigió la renuncia de su tal vez mayor deseo.
Antes de ser hijo de San Ignacio había sido hijo de los nobles de Javier, en cuyo castillo en Navarra nació en 1506. Era el menor de los hermanos.
Cuando tenía 18 años fue a estudiar a la Universidad de París, donde obtiene el título de licenciado. Compartía la habitación de la Universidad con otro personaje que sería casi tan famoso como él, Pedro Fabro, otro de los primeros jesuitas.
Un día conocieron a un estudiante especial, que de pronto les pareció algo extraño, ya un tanto mayor para ser mero alumno: Iñigo López de Loyola, también de esas regiones de la alta España, el gran San Ignacio,…
Autor: Saul Castilblanco Mosos
¿Cómo rezar cuándo nos abruma las preocupaciones?
Las emociones que acompañan a las crisis son a menudo descritas como una sensación similar a olas gigantes rompiendo tú alrededor. Por eso, en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el…
Milagros Eucarísticos de los últimos años
Probar la existencia de un milagro como tal puede ser una ardua labor que ha asumido la ciencia a fin de darnos respuestas. Uno de los milagros eucarísticos que más evidenciamos…..
¿Cómo ayudar a las Almas de tu familia en el Purgatorio a llegar al Cielo?
“No basta ser santo ante los hombres, sino que hay que serlo delante de Dios. ¡Recen por mí!”. Palabras impactantes del Monseñor Marengo, Obispo de Carrara, a una religiosa de María Auxiliadora…