Autor: José María Carrera
En la República islámica de Pakistán, no es raro que las autoridades políticas, judiciales y las fuerzas de seguridad hagan oídos sordos cuando se trata de la seguridad de los cristianos, (menos del 1,6% de la población). El último caso que lo atestigua es el de Saima Gulzar, una joven cristiana de la región cuyo secuestro el pasado mes de abril es conocido por las autoridades, pero estas afirman pasivamente «no poder localizarla».
Según informa Asia News, el secuestro tuvo lugar hace dos meses, bajo la autoría de un conocido del trabajo de la joven, movido con la intención de convertirla forzadamente al islam y casarse con ella.
Sucedió el pasado 5 de abril, a plena luz del día y ante la mirada de no pocos testigos. Saima salía de su trabajo en una fábrica cuando, de camino a casa, fue abordada por su compañero de trabajoMuhammad Sajid. Este asaltó a la joven desde un coche…