La festividad de la Virgen del Carmen se celebró en 1936 por todo lo alto -como en tantos pueblos de España- en la iglesia de Moraleja de Enmedio, una localidad que tiene hoy 5.500 habitantes situada a unos 30 km al suroeste de Madrid.
El párroco, Clemente Díaz Arévalo, consagró ese 16 de julio, dio de comulgar y reservó las formas sobrantes en el sagrario. Al día siguiente, y el propio 18 por la mañana -ya oficialmente comenzado el Alzamiento Nacional-, los fieles que acudieron a misa recibieron a Cristo de ese copón.
Ese mismo día, fecha en la que comenzó la guerra civil española, el alcalde se presentó en la iglesia, exigió la llave y clausuró el templo. El pueblo había quedado bajo control del Frente Popular y muy pronto fue tomado por milicianos.
El día 21, una mujer solicitó al párroco que dijese un funeral de cabo de año por un familiar. Don Clemente…
Autor: ReL
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