Autor: Tribuna Actuall
El 5 de abril se vota en el Senado, ya con el beneplácito previo del Congreso de los
Diputados, la reforma del Código Penal para salvaguardar el «derecho» humano al
aborto. Es decir, que entre que se sube al B.O.E. y se dan unos meses de entrada
en vigor, para verano será delito rezar frente a un abortorio.
Y la verdad es que sí que llevan la falda corta estos cristianos de ultraderecha. Ir por
la vía pública rezando, como quienes llevan un cartel en la frente que diga: “vía libre
de insultos” o “deténme”. Porque ir así por la calle es provocar. Porque para rezar
tienen el templo. ¿Qué más quieren?
Si al leer estas primera líneas has pensado que este artículo hiere tus sentimientos
religiosos, no te preocupes, también los míos. Tan solo ha sido un intento de
caricaturizar a la sociedad actual y su argumentario de Twitter.
Pero es que esto ya no va del feminismo, de Irene Montero ni del lobby abortista.
Esto es una guerra entre el bien y el mal. Mucho más transcendental de lo que
podemos imaginar con toda nuestra humanidad. Y, aunque lleves tiempo mirando
hacia abajo para que el profesor no te pregunte a ti, ya no puedes escapar de la
realidad. Te toca defender el Reino de Cristo o seguir contribuyendo al de Satanás.
¿Conoces la meditación de las Dos Banderas de San Ignacio de Loyola? Si no es
así, haz una búsqueda. Aplicado a este dilema moral, podría decirse que hay dos
banderas, la que lleva por emblema “Si por rezar nos detienen, nos vemos en la
cárcel” y la otra que dice “Sacad vuestros Rosarios de nuestros ovarios”. No hay
una…
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