Cada vez pido por menos cosas concretas. La experiencia me dice que no sé muy bien lo que conviene o me conviene. Lo único que tengo claro es pedir para que el Reino de Dios se extienda y por la santidad de cada uno de nosotros. El padrenuestro.
Quizá se escandalice alguno o tal vez no falte quien está deseando cualquier agarradero para tener un motivo que le autorice a lanzar piedras contra el frágil tejado de un servidor. Me da igual.
En mis pueblos rezamos constantemente por el papa Francisco. Cada día, al acabar el rosario, una salve por las intenciones del santo padre. En el canon de la misa por supuesto y muy frecuentemente en la oración de los fieles. Desde que está ingresado en el hospital nuestra oración es aún más intensa. Eso sí, ya les digo que un servidor no pide exactamente por la salud del papa Francisco.
Autor: Jorge González Guadalix
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