Dios ordenó a Jonás que acudiese a Nínive, la ciudad de sus enemigos, y les predicase la conversión o la destrucción. Jonás no se lo pensó dos veces… y escapó en dirección contraria. Lo que pasó después es conocido: el barco en el que huía sufrió una terrible tormenta, le echaron al mar y fue devorado por un gran pez. Vivió en su interior tres días hasta que prometió cumplir la voluntad del Señor. Entonces fue vomitado. Cuando volvió a Nínive e hizo lo que Dios le pedía, los ninivitas, para su estupefacción, se convirtieron.
El precio de decir la verdad y el precio de callarla
Jordan Peterson recordó esta historia bíblica al comienzo de una de sus intervenciones más impactantes de los últimos años, donde manifestó su personalidad y desgranó su argumentario en estado puro. Fue a mediados de agosto, en un fórum de The Alliance for Responsible…
Autor: ReL
Profecías de al Virgen que se están cumpliendo ahora
Muchos años atrás Nuestra Señora del Buen Suceso describió las catastróficas profecías sobre los siglos XIX y XX, profecías que hoy se están cumpliendo con exactitud. Cuando se dice que…
La Nueva Era, una secta de cuidado
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La ciencia lo confirma: se encuentra la misma sangre tipo AB en hostias investigadas en milagros eucarísticos acaecidos en diversos