Era 1991 y a sus 27 años Beniamino Zuncheddu pastoreaba a sus ovejas en Burcei (Cerdeña) la misma noche que, a 25 kilómetros de su hogar, se cometió un triple homicidio. Tras el crimen, la policía presionó al principal testigo para acusarle sin pruebas como el principal autor de los hechos. Zuncheddu fue condenado a cadena perpetua, víctima durante 33 años de lo que hoy se considera el mayor error judicial en la historia de Italia.
Durante aquellos años estuvo en tres cárceles diferentes, a veces compartiendo una pequeña celda con once personas, con grandes dificultades incluso para lavarse y dormir. Una experiencia inhumana, dice, pero durante la cual pudo ayudar a los que estaban peor que él. Sacó fuerzas para resistir confiando en Dios y pensando en su familia.
Su suerte cambió en enero de este año, cuando el testigo principal reconoció haber mentido en el juicio…
Autor: ReL
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