Hay un aspecto de la vida y de la espiritualidad cristiana que no se suele subrayar, pero que hunde sus raíces en sólidas bases bíblicas y encuentra su confirmación en la tradición mística, sin alejarse del depósito de la Fe transmitida por la Iglesia. Es el tema de la prisa y de la necesidad de apresurarse en los caminos que el Señor establece para los hombres. En la catequesis y en la teología se insiste mucho en la paciencia de Dios, pero se habla poco de la “prisa de Dios”. Sin embargo, en las Sagradas Escrituras se encuentran numerosas referencias a la prisa como una actitud virtuosa y una virtud necesaria para la vida espiritual.
Aunque es verdad que en el lenguaje común la prisa suele tener una acepción negativa en cuanto “mala consejera” y mala forma de culminar un proyecto o una tarea, al mismo tiempo indica interés, compromiso y entusiasmo por cumplir…
Autor: Miguel Cuartero Samperi
¿Cómo ayudar a las Almas de tu familia en el Purgatorio a llegar al Cielo?
“No basta ser santo ante los hombres, sino que hay que serlo delante de Dios. ¡Recen por mí!”. Palabras impactantes del Monseñor Marengo, Obispo de Carrara, a una religiosa de María Auxiliadora…
¿Cómo rezar cuándo nos abruma las preocupaciones?
Las emociones que acompañan a las crisis son a menudo descritas como una sensación similar a olas gigantes rompiendo tú alrededor. Por eso, en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el…
7 pasos para una parroquia: de tener «consumidores de sacramentos» a multiplicar los discípulos
«Id y bautizad y haced discípulos», pedía Jesús. Las parroquias, bautizar, bautizan. Bautizan a cualquier bebé que les lleven. Pero ¿hacen discípulos? Un discípulo es alguien que tiene una relación…