Autor: ReL
Desde los tiempos del Antiguo Testamento, una tradición de vital importancia en la Iglesia doméstica ha sido la bendición de los padres a los hijos. Con el paso del tiempo, esta costumbre se ha ido perdiendo, olvidando que al hacerlo se les está encomendando a Dios.
Como explica Desdelafe, la Iglesia enseña que cada familia es la forma más sencilla y original de la Iglesia universal. En los hogares, los padres representan a Jesús no sólo para gobernar su hogar con amor, sino para enseñar a sus hijos el Evangelio y para santificarlos con la oración familiar y con los sacramentos de la Iglesia.
Por ello, de la misma manera en que los ordenados participan del sacerdocio de Cristo con el ejercicio de su ministerio, los padres deben ejercer su “sacerdocio laical” cuando se casan, ya que son ellos los ministros de su sacramento.
¿Y cómo ejercer este sacerdocio? Cuando los padres rezan…