Por el simple recuerdo de que moriremos, seremos sepultados y esperaremos hasta ser restaurados de manera gloriosa, hasta el punto de adquirir un cuerpo espiritualizado.
Redacción (15/08/2024, Gaudium Press) Los últimos años de la existencia terrena de Nuestra Señora estuvieron marcados por la paz y un intenso comercio con lo sobrenatural. Ella era visitada diariamente por su Divino Hijo y su castísimo esposo San José, acompañados de muchos ángeles. Vinieron a vivir un poco y satisfacer los inmensos anhelos provocados por la separación.
Con cada nueva jornada, con cada nueva visita, la Virgen intensificaba su encanto hacia Ellos, hasta el momento en que ya no fue posible aumentarlo, pues su Corazón estaba completamente inundado de amor. Sin embargo, así como el fuego nunca se sacia, Ella ardía con el deseo de expandirlo aún más. Entonces, Nuestro Señor informó a su…
Autor: Saul Castilblanco Mosos
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