«Pedid y se os dará», dice la Biblia. Sin embargo, ¿cuándo será eso? ¿ahora? ¿cuando nos convenga? ¿quizá nunca? Todos los hombres luchamos con ese gran misterio de la voluntad de Dios. A veces en nuestras propias carnes y otras al ver a nuestro prójimo sufrir.
Una persona está perdiendo a su hija a causa del cáncer, otra luchando por encontrar trabajo y otra tiene un marido alcohólico. Algunos dicen: «He estado orando y Dios no responde». Lo interesante es que Él no suele explicar por qué debemos sufrir, por qué tarda en contestar o por qué simplemente dice que no.
Pensemos, por ejemplo, en cómo Dios respondió a Job. Quería respuestas a su sufriendo. Dios le habló desde la tormenta, reprendiéndolo con preguntas duras. Al final no le dio ninguna respuesta real y, sin embargo, lo acabó restaurando.
Es en medio de los misteriosos caminos de Dios donde debemos…
Autor: G. de A.
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