En el movimiento provida de Estados Unidos, el nombre de Philip Reilly ha sido sinónimo siempre de perseverancia. Monseñor Reilly, nacido en Nueva York y fallecido el pasado 30 de noviembre a los 90 años, abandonó una carrera académica prometedora para responder al llamado de Dios y despertar conciencias sobre el crimen del aborto.
Mientras era capellán en un monasterio de Brooklyn, Nueva York (EE.UU), en 1989, fundó los Ayudantes de los Preciosos Infantes de Dios. Su dedicación infatigable para aconsejar a miles de mujeres angustiadas, y para capacitar a cientos de personas a hacer lo mismo, salvó a unas 100.000 vidas. National Catholic Register ha contado su historia.
Un gran «campeón provida»
«Reilly fue un gran testigo de la dignidad de la vida. Lo conocí en sus últimos años, cuando sufría terribles dolores físicos, pero nunca se quejaba, siempre con una gran fe…
Autor: ReL
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