(ZENIT Noticias / Roma, 02.11.2024).- El 2 de noviembre, el Papa Francisco dirigió una solemne liturgia en el cementerio Laurentino de Roma, en conmemoración del Día de los Difuntos. A su llegada, su primera parada fue el “Jardín de los Ángeles”, una pequeña sección dedicada a los niños que fallecieron antes de nacer. Mientras el Papa se movía en silencio entre las lápidas adornadas con juguetes y figuras de ángeles, hizo una pausa para una oración silenciosa. Fue recibido por el padre de uno de los niños, Stefano, quien compartió un momento de dolor y esperanza con el Papa, simbolizando el dolor tranquilo y compartido que impregna este lugar sagrado.
A diferencia de las liturgias tradicionales, el Papa Francisco decidió no dar una homilía. En cambio, observó un momento de meditación silenciosa, reflexionando sobre la fragilidad y brevedad de la vida terrenal,…
Autor: Redacción Zenit
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