Los últimos días de diciembre están a punto de ser tachados en muchos calendarios de Paiporta. Lo habitual por estas fechas. Es la última página de un año, 2024, que, por la tragedia vivida como consecuencia de las inundaciones, dejará una honda huella en el municipio paiportino.
Sin embargo, en los almanaques de otros hogares, agua y lodo se encargaron de detener el tiempo con un par de meses de antelación allá por el 29 de octubre. Este tiempo, esos dos meses transcurridos hasta el día de hoy, parece haberse instalado de manera siniestra en escenarios en los que destrucción y desolación caminan de la mano sin atender al desgarrado lamento y silencioso abatimiento de millares de valencianos.
Dolor y sufrimiento se han hecho fuertes en un caldo de cultivo propicio a pesar de la ingente ayuda voluntaria que, de una u otra manera, se ha brindado –cuando no ha habido…
Autor: Emilio Domínguez Díaz
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