III Domingo de Pascua (Ciclo B)
Lucas 24, 35-48
El Evangelio nos permite asistir a una de las muchas apariciones del Resucitado. Los discípulos de Emaús acaban de llegar jadeantes a Jerusalén y están relatando lo que les ha ocurrido en el camino, cuando Jesús en persona se aparece en medio de ellos diciendo: «La paz con vosotros». En un primer momento, miedo, como si vieran a un fantasma; después, estupor, incredulidad; finalmente, alegría. Es más, incredulidad y alegría a la vez: «A causa de la alegría, no acababan de creerlo, asombrados».
La suya es una incredulidad del todo especial. Es la actitud de quien ya cree (si no, no habría alegría), pero no sabe darse cuenta. Como quien dice: ¡demasiado bello para ser cierto! La podemos llamar, paradójicamente, una fe incrédula. Para convencerles, Jesús les pide algo de comer, porque no hay nada como comer algo juntos…
Autor: Raniero Cantalamessa, OFM Cap
La cultura es el camino de la Nueva Evangelización
El objetivo del Papa San Juan Pablo II de involucrar a la cultura en la Nueva Evangelización fue la construcción de una civilización del amor como fuente de libertad y…
Jacinta Marto, la pastorcita que nos enseña el valor del sacrificio
El 20 de febrero se cumplió el centésimo aniversario de la muerte de Santa Jacinta Marto, la pastorcilla de Fátima fallecida en Lisboa con sólo diez años. Todos conocemos la …
Consejos para una llevar una vida Cristiana
Llevar una vida Cristiana que agrade a Nuestro Creador y a Nuestra Madre, no es difícil, y menos aburrida, como muchos pueden creer. Sin embargo, necesita dedicación. No basta con…