Quiero decir algunas cosas desde lo profundo del corazón, y lo hago con mansedumbre: he observado que muchos pastores de la Iglesia hoy enseñan el magisterio cuando les conviene, y lo dejan de lado cuando les resulta incómodo. En materia de moral, en cuestiones como la homosexualidad, el divorcio en nueva unión, la comunión para quienes viven en esos estados, parece haber a veces vacíos, silencios o giros que no se explican. Lo que llama la atención es que se salten enseñanzas del Magisterio que son definitivas, continuas e irrevocables; al mismo tiempo, esos mismos pastores piden sumisión incondicional a un Magisterio que no es de ese calibre, simplemente porque quieren quedar bien con quienes ahora gobiernan la Iglesia, quienes merecen amor y respeto filial, por supuesto, siempre. Surge entonces la pregunta: ¿en qué se diferencia un magisterio que obliga con carácter…… Continuar leyendo
Autor: Jesús María Silva Castignani
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