En la bóveda de la Capilla Sixtina, los dedos de Dios y de Adán no se tocan. Permanecen suspendidos, separados por un ápice. Ese intervalo es el espacio del Amor. Del no ser al ser. Allí se cumple el misterio de la Humanidad. La nostalgia de una unión necesaria que ninguna civilización ha sabido colmar jamás.
Autor: Francesco Cicione
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