A diario tomamos múltiples decisiones y no nos planteamos la cuestión de si nos es lícito o no. Calculamos ventajas y desventajas, y nos decidimos. Pronto veremos si hemos acertado o no. En cualquier caso, no parece nada decisivo.
Pero, si se trata de la vida, ¿podemos decidir tan fácilmente? Me encantaría poder decir que sí y superar toda preocupación, porque –entre otras razones– tres personas bastante amigas mías se quitaron la vida en plena juventud. Y la pena por este tipo de pérdidas no se me alivia con el tiempo; se hace más profunda, pues cada día veo más claramente que la vida es un «milagro«, y los milagros son cumbres a las que hemos de subir, no abismos a los que hayamos de precipitarnos.
No ha de considerarse obvio que el ser humano tenga derecho sobre la vida. La vida la recibimos gratuitamente, generosamente. Es un don primario.
La vida se nos da…
Autor: Alfonso López Quintás
Cómo afirmar la veracidad de los evangelios
Hay una técnica muy utilizada por los detectives para encontrar información que les ayude a armar el cuadro completo de una escena, es el Soporte Involuntario entre Testigos. Esta técnica…
Los 18 beneficios de asistir a la Santa Misa
La misa es el encuentro con Dios Nuestro Señor, pero no sólo con Él, también con nuestro interior, haciendo que mejoremos cada día más como personas. Este encuentro con Nuestro…
El cielo es la Plenitud de la comunión con Dios
Aprendamos un poco más sobre la comunión con Dios y cómo nos ayuda a mejorar nuestra vida y, al mismo tiempo, ayuda a mejorar la vida de los demás, porque…