Autor: José María Carrera
En declaraciones a ACI Prensa, el sacerdote y encargado del ministerio de exorcismo de Plasecia Francisco Torres Ruiz ha alertado de una gran paradoja contemporánea: mientras que nunca cómo hoy se ha plasmado y se teme lo diabólico en el cine y en el día a día, la principal consecuencia de la actividad demoníaca -el pecado- es vista con indiferencia y pasividad.
En este sentido, remarco que las posesiones que pueden relatar películas de la saga de la familia Warren –Annabelle o Expediente Warren– o incluso las más actuales como el reboot de El Exorcista, por ejemplo, «aterran más que vivir en pecado porque son más espectaculares, físicas, sensibles, la aprecian los ojos de nuestra carne».
Estas, añadió, crean una emoción en el hombre que le lleva al miedo, al pánico, al morbo, a la curiosidad. Sin embargo, la del pecado es una acción aparentemente «menos escandalosa y llamativa»,…