D. Mariano Fazio, vicario auxiliar del Opus Dei, ha presentado en la Universidad de Navarra (campus de Madrid) su libro número 28: “Libertad para amar, a través de los clásicos”.
Este libro trata de mostrar cómo la libertad está orientada al amor y cómo esta afirmación tiene una enorme importancia para la vida cristiana. Fazio, historiador y filósofo, y profesor de Historia de las Doctrinas Políticas en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, lo demuestra en este ensayo de la mano de grandes autores clásicos de todos los tiempos.
Evangelización eficaz
Con motivo de la presentación de este libro, hemos conversado con él.
La primera pregunta a D. Mariano es: ¿Qué desea transmitir con este libro?
“Hoy en día, como vivimos en una sociedad muy secularizada, para realizar una evangelización eficaz tenemos que hacer lo que han hecho los evangelizadores a lo largo de la historia de la Iglesia: preparar el terreno para anunciar el Evangelio. Los grandes clásicos transmiten una serie de valores humanos, como por ejemplo que estamos hechos para el bien, para la verdad, para la belleza y que somos personas con un destino transcendente. Si lográramos que mucha gente leyera estos clásicos, estarían abiertos a recibir la verdad en plenitud que, en mi personal posición, creo que está en la revelación cristiana”.
Por lo tanto, Fazio con este libro, no solo busca despertar un aspecto cultural sino “transmitir un interés evangelizador: preparar el terreno para que se pueda presentar el mensaje evangélico con una base de fondo”.
Libertad y pluralismo
Mariano Fazio, tanto en su libro, como en su testimonio de vida y predicación, defiende la libertad y el pluralismo, como así han destacado de él algunos periodistas y personalidades que le conocen.
¿Se puede defender la libertad y el pluralismo dentro de la Iglesia, respetando la doctrina? Fazio responde con un contundente “por supuesto”. Y explica: “Dentro de la Iglesia tiene que haber pluralismo y eso se consigue a través de una buena formación doctrinal. Un católico bien formado sabe distinguir lo que es esencial del mensaje evangélico y de la verdad revelada, de otras cuestiones circunstanciales que cambian con el tiempo y con la historia”.
El escritor y filósofo pone un ejemplo: “Cristo nos dejó siete sacramentos y siempre habrá siete sacramentos, pero éstos se celebran con unas ceremonias litúrgicas que a lo largo de la historia han ido cambiando. Jesucristo, cuando celebró la Última Cena, no lo hizo en latín, ni en griego ni en inglés, la celebró en arameo. Dentro de la Iglesia hay cosas que cambian, pero permanece el mensaje de Cristo. Y dentro de lo que cambia hay muchas opciones. La Iglesia es nuestra casa común, en donde pueden convivir muchas sensibilidades distintas, y lo que tiene que primar, como dice San Agustín, siempre es la caridad y la compresión”.
Por lo tanto, recuerda que los católicos debemos estar “muy unidos en la verdad y debemos ser muy respetuosos con las distintas opciones que se presentan dentro de la Iglesia, sin traicionar al mensaje que nos ha dejado el Señor”.
Comunicación en la Iglesia
Fazio fue, en 1996, el primer decano de la Facultad de Comunicación Social Institucional de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) y desde 2002 a 2008 fue rector de la misma institución. Por lo tanto, sabe de comunicación y de comunicación actual de la Iglesia.
“La formación doctrinal es esencial y condición imprescindible para la comunicación en la Iglesia y para la evangelización, porque nadie da de lo que no tiene. Si salimos a evangelizar sin conocer qué tenemos que transmitir, haríamos un flaco servicio a la verdad. Lo más importante es estar unidos al gran evangelizador que es Jesucristo. No hay que elegir entre pastoral o formación teológica, porque la pastoral implica una formación teológica y la teología está al servicio de la pastoral”, explica.
Fazio insiste en que en un “mundo crucificado por la guerra, por los odios y por la falta de perdón, se hace cada vez más necesario una evangelización profunda”.
Reputación de los sacerdotes
Respecto a los últimos escándalos que han salpicado a la Iglesia y que ha afectado a la reputación de los sacerdotes, manifiesta:
“Tenemos que ver a la Iglesia desde una perspectiva de fe. Quienes formamos parte de la Iglesia somos criaturas pecadoras, llenas de limitaciones, que procuramos ser fieles a lo que el Señor nos dijo, aunque muchas veces no lo logramos. Dentro de la Iglesia, hay sacerdotes que no han sido fieles a lo que el Señor nos pide. Y todos con nuestras limitaciones, en momentos determinados no somos fieles. Pero, por otro lado, cuántos sacerdotes hay que entregan su vida en el último rincón del mundo, al servicio de la iglesia universal, en circunstancias heroicas”.
Recuerda, no obstante, que hay escándalos muy graves que ocasionan la pérdida de la condición sacerdotal de los presbíteros, “aunque gracias a Dios no es lo habitual en la Iglesia. Los escándalos no tienen que opacar la gran labor de los miles y miles de sacerdotes en todo el mundo. Es el momento de rezar para que los sacerdotes seamos lo más fieles posibles al evangelio del Señor”.
Relación con el Papa Francisco
Dicen los que le conocen, que D. Mariano se lleva muy bien con el Papa Francisco. Son amigos. Por eso, la pregunta sobre aquellos que cuestionan las decisiones de Francisco, fundamentalmente de algunos católicos, se hace imprescindible:
“Es un elemento esencial de la fe católica la unión con el Papa porque vemos en el Papa no a una persona concreta, sino al vicario de Cristo. Todo Papa tiene una dimensión humana, consecuencia de su formación cultural, del país de donde viene, de su experiencia pastoral. Lo hemos percibido en estos últimos años. Hemos experimentado toda la riqueza que nos ha traído la experiencia eslava de Juan Pablo II, la experiencia de un gran teólogo de Europa central como Benedicto XVI, y toda la práctica pastoral del continente latinoamericano llamado por Juan Pablo II el continente de la esperanza”.
Y después de esta aclaración, explica: “Los estilos humanos de los tres últimos pontífices son muy distintos y en esto cabe una gran pluralidad. Hay personas que conectan muy bien con el estilo comunicativo más directo de Francisco; otras personas preferían el estilo más académico de Benedicto XVI. Esta variedad lo debemos ver como dos grandes riquezas que tiene la Iglesia hoy. Pero dejando de lado preferencias, la unidad con el Papa es esencial. La Iglesia y los católicos, sin el Papa, no somos nada”.
Por último y sobre la cuestión de que las prelaturas personales se encuadren ahora en el Dicasterio del Clero, a preguntas de RC, el vicario auxiliar del Opus Dei remite al comunicado de mensaje del prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz, a propósito de la Constitución Apostólica ‘Praedicate Evangelium’ que es “un impulso para la evangelización y esto es lo verdaderamente importante. Hay cambios de dependencia, pero no hay cambios sustanciales”.
De la Congregación de Obispos dependía antes la prelatura del Opus Dei, pero de este Dicasterio dependen las iglesias particulares y el Opus Dei no es estrictamente hablando una iglesia particular.
Entrevista con D. Mariano Fazio. Foto: Pilar Martín Bravo/Universidad de Navarra.
Mariano Fazio presenta su nuevo libro. Foto: Pilar Martín Bravo/Universidad de Navarra.