Autor: ReL
Muchas familias y expertos han criticado el currículo educativo del Gobierno de PSOE-Podemos por recortar la Historia, adoctrinar con ideología, erosionar la cultura del esfuerzo y reducir al mínimo la presencia de la asignatura de religión.
Pero el primer recurso ante los tribunales lo ha presentado Concapa, la plataforma de asociaciones católicas de padres, con 51 federaciones provinciales que integran a unos 3 millones de padres. Les asesoran los abogados de la Comisión Jurídica Nacional por la Libertad de Educación, un grupo de juristas relacionado con la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Este grupo de jurista se organizó en 2018 para actuar ante las políticas educativas contrarias a las familias y libertades implantadas por el Gobierno PSOE-Podemos y algunos gobiernos autonómicos afines.
Concapa ha registrado ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo un escrito referido al currículo para primaria (niños de 6 a 12 años). En él se critica:
– la normativa contra la asignatura de Religión
– las «opciones ideológicas y elementos de adoctrinamiento» en los planes
– que «contravienen los derechos de las familias sobre la educación de sus hijos» (violando el artículo 27 de la Constitución, que dice que «los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones».
Las asociaciones avisan que en los próximos meses llevarán también ante el Supremo los currículos de la educación secundaria y de Bachillerato. En las próximas semanas, Concapa y sus representantes concretarán sus argumentos jurídicos.
[Lea también, aquí: «Género», «emoción» o «LGTB»: una radiografía de la ley «más ideológica de la historia» de España.]
La alternativa a la clase de «Reli»
Uno de los temas de conflicto es la alternativa a la asignatura de Religión, una polémica que se arrastra desde el siglo pasado. Ya en noviembre los obispos españoles criticaron 10 puntos que ahora debilitan a esta asignatura.
Con el PP, la alternativa era una asignatura llamada «Valores», y en el siglo XX era una de «Ética». Los acuerdos con la Santa Sede -tratado internacional con rango de ley- obligan a que haya una alternativa de rango y entidad equivalente a la asignatura de Religión.
En el curriculum de PSOE-Podemos sólo se habla de una vaporosa «atención educativa» y cada región decidirá algo distinto. Galicia ha anunciado que la alternativa a Religión será poner a los alumnos a trabajar en un «proyecto de investigación». Además, la jurisprudencia española ya ha dictaminado que esta «atención educativa» o «refuerzo» para los alumnos que no cursan Religión, discrimina a los que sí la cursan.
Además, el recurso de Concapa denuncia que se recortan en un tercio las horas lectivas de Religión. Pasan de 315 a 210 horas en toda la etapa. Antes se garantizaban al menos 90 minutos semanales pero ahora el currículo estatal sólo garantiza una hora, aunque las comunidades autónomas, si quieren, la pueden ampliar.
En 2016 periodistas de La Contra y ReligionEnLibertad fueron a un colegio público cerca de Madrid donde activistas transexuales habían impartido su doctrina a niños, negando que la ciencia pueda saber quién es varón o mujer (léalo aquí).
La obsesión ideológica por la «perspectiva de género»
El recurso de Concapa señala que el currículo hace «reiteradas referencias a la perspectiva de género», lo que no deja de ser una ideología y adoctrinamiento ideológico. Se menciona de forma ambigua incluso para las matemáticas de los niños, la educación física, la artística…
«Creemos en la igualdad entre hombres y mujeres, pero no estamos de acuerdo con que haya que darle perspectiva de género a la Prehistoria, a la Edad Antigua o a la Edad Media», sostiene el presidente de Concapa, Pedro Caballero, en declaraciones que recoge El Mundo.
El abogado Jesús Muñoz de Priego, que es también portavoz de la plataforma Más Plurales, contra la Ley Celaá de 2020, añade que «en esa omnipresente y obsesiva referencia se está vulnerando el principio de neutralidad del Estado«. Considera que «la perspectiva de género» es la forma de implantar entre los niños y en las escuela «una ideología de género«. Pero el Estado debe ser neutral y una escuela sólo puede plantear elementos con un gran consenso social o elegidos por los padres. «Si no es así, como en este caso, hablamos de adoctrinamiento», añade.
Hay frases del currículum que consideran un criterio de evaluación en Lengua (es decir, a la hora de aprobar a suspender a un niño) el «rechazar los usos lingüísticos discriminatorios identificados a partir de la reflexión grupal acompañada sobre los aspectos elementales, verbales y no verbales, de la comunicación, teniendo en cuenta una perspectiva de género».
El currículum también habla de la «diversidad asociada al género» o las «identidades de género». Concapa denuncia que es una forma de introducir la ideología de género y LGTB y adoctrinar con ellas, violando el derecho de los padres a educar según su propia visión, como puede ser la cosmovisión cristiana, incompatible con esas ideologías.
El corto «Educación Moderna», que podría parecer una distopía hace años, se hace cada vez más real. «¿Cuánto es 3 x 3?» pregunta la profesora. «¿Nueve…?» responde un alumno. «Incorrecto. ¿Penélope?», pregunta de nuevo. «Igualdad de género», responde Penélope: «Correcto».
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