Autor: ReL
La guerra que desde hace dos años asola la región etíope norteña de Tigray se ha convertido en una especie de gran asedio, en el que las fuerzas del Gobierno mantienen aislada y bloqueada esta región, que a su vez dedica sus recursos al combate.
Apenas llega ayuda humanitaria y los religiosos se ven desbordados por las necesidades.
Tigray y parte de la región de Afar son el territorio de la diócesis católica de rito etíope (eparquía) de Adigrat, que atiende unas 40 parroquias repartidas por todo un territorio del tamaño de Andalucía. Son apenas unos 25.000 católicos de rito etíope en la zona (casi toda la población es cristiana ortodoxa etíope), pero con una intensa actividad educativa y asistencial.
Su obispo, el eparca Tesfaselassie Medhin, habla de «genocidio silencioso», y describe la situación en una carta que ha difundido la agencia misionera Fides.
Un asedio, servicios…