Autor: Pedro Trevijano
Entre los muchos problemas a los que se enfrenta cualquier adolescente, voy a hacer referencia a tres: el de Dios, el de la sexualidad y el del sentido de la vida.
Cuando a fines del siglo pasado daba clases de Religión y Moral Católica en diversos institutos de Logroño, me interesaba saber el nivel de fe de mis alumnos y así les preguntaba, en encuesta anónima, si creían en Dios, en la existencia de Jesús y su divinidad, en la resurrección, en la Iglesia católica. La creencia en Dios era masiva, y en ocasiones llegaba a la unanimidad. Hoy no creo que los resultados fuesen tan optimistas.
Me contó una profesora de un colegio religioso que el día del Miércoles de Ceniza, en la imposición de ésta, vio que una serie de chicas no pasaban a recibirla y les preguntó por qué. Le respondieron: “Porque somos ateas”.
No sé los motivos que impulsaban a esas chicas a contestar así, si eran…