Autor: José María Carrera
El pasado mes de enero, una joven de 29 años comenzó una peregrinación que le llevaría desde Finisterre (España) a la que en su día fue la casa de Jesús, en Jerusalén. Pasados seis meses y 3.000 kilómetros desde que comenzó su viaje poniéndose «a disposición de Cristo», Carlota Valenzuela ha hecho un alto en el camino en el Vaticano. «Antes de ver a Jesús, quería pasar a saludar a Pedro«, mencionó la joven en sus redes sociales.
Según contó Valenzuela, llevaba mucho tiempo persiguiendo un encuentro con el Papa que al fin, este miércoles, pudo valorar como «fantástico y divertidísimo».
Se gestó desde el comienzo de su viaje, cuando se dedicó a «ponerle la cabeza como un bombo» a todos los que creía que podrían ayudarle a reunirse con el Papa. Finalmente, escribió una carta que envió tanto a la Casa Santa Marta -la residencia del Papa Francisco- y a todos a los que conoció. Solo…