El párroco de Pannaconi de Cessaniti, Calabria, en el sur de Italia, sufrió este sábado un intento de envenenamiento. Alguien puso lejía en el vino de misa, después de que el municipio fuese intervenido por presuntas infiltraciones mafiosas.
Durante la misa del sábado por la tarde, el sacerdote Felice Palamara consagró el vino pero, al acercarse el cáliz a la boca, notó un olor extraño que lo puso en guardia e interrumpió la celebración diciendo a los fieles que no se sentía bien y llamó a la Policía, dice el Corriere della Sera.
No es el primer ataque
Los análisis confirmaron inmediatamente la presencia de lejía. «Estoy seguro de que esta última intimidación no proviene de mis feligreses. Estoy en Pannaconi desde hace diez años y siempre he tenido una relación de amor y afecto mutuo con la gente local», subraya Felice al diario italiano.
El sacerdote explica…
Autor: ReL
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