Cuenta Julio José Henche Morillas que la verdadera conquista de América no fue producto de grandes batallas como Tenochtitlán, Otumba o Cajamarca. Al menos, no solo. Para él, el verdadero motor de la hazaña que comenzó el 12 de octubre de 1492 fue “la valiente y heroica actitud de quienes se adentraron en América con apenas una Biblia, la fuerza de la fe y la confianza en la palabra del Evangelio”.Solo así, explica, se podría desarrollar más adelante el cuerpo legal, político y administrativo que impregnó el Nuevo Mundo y que ensanchó hasta límites insospechados las posesiones del imperio.
Autor: José María Carrera / ReL
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