¿Cómo es posible que Giorgia Meloni nombrase en septiembre ministro de Cultura a un gnóstico de derechas, a un evoliano como el ministro Alessandro Giuli?
Este hecho me recordó al inicio de nuestra vida republicana, cuando Alcide De Gasperi, ganador de las elecciones con la Democracia Cristiana, fue convocado a Milán por Raffaele Mattioli. ¡Convocado a Milán! ¡De Gasperi, que sería presidente del Consejo de Ministros durante siete años, y con gran influencia!
¿Quién era Mattioli? Era un gnóstico de fama internacional, impulsor económico de numerosas iniciativas de la cultura laica, que dirigía la Banca Commerciale Italiana, el mayor banco del país. Mattioli dio instrucciones a De Gasperi: “Os encargaréis del poder político y económico y dejaréis para nosotros el poder cultural”.
Y esto ¿cómo lo sé? Lo sé porque me lo contó Ettore Bernabei, un personaje…
Autor: Angela Pellicciari
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