La muerte del Hijo de Dios en la cruz fue un motivo de escándalo y fracaso para los discípulos y los Apóstoles que quedaron encerrados por miedo. Su salvador, guía y maestro había muerto como un bandido, y con ello se acababan las promesas que el mismo Señor les había hecho. Pero ellos no pudieron creer aquello que el Señor les había anunciado: su resurrección y su victoria. Tras la muerte de Cristo, para ellos todo había quedado en vacío y se quedaron en el miedo y la desconfianza. En definitiva, la desesperanza había llegado a sus vidas y eso les bloqueó por completo.
Pero Jesús quiere que su vida tenga el sentido pleno que les había venido a traer y cumple la promesa prometida. El Hijo resucita de entre los muertos y trae la victoria sobre el mal y el pecado. Y aquellos que por el miedo estaban encerrados y vivían metidos en sí mismos, salen corriendo a ver al…
Autor: Un camino de fe
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