En la Navidad de 1517, San Cayetano de Thiene, el fundador de los teatinos, experimentó una visión mística en la que la Santísima Virgen María colocaba al Niño Jesús en sus brazos mientras este ofrecía su primera misa en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. Así lo explica el National Catholic Register.
Ocurrió dentro de los históricos muros de la Capilla de la Natividad de esa basílica mariana de Roma, donde San Cayetano de Thiene oró ante las reliquias del pesebre de Cristo.
«Jerónimo, mi padre»
«En la hora de su santísimo nacimiento me encontré en la verdadera y material santísima Natividad», escribió San Cayetano a sor Laura Mignani, monja agustina y su confidente espiritual. «De las manos de la tímida Virgen tomé aquel tierno Niño, el Verbo Eterno hecho carne«, añadió.
San Cayetano también contó que San Jerónimo, cuyas reliquias se dice…
Autor: ReL
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