Lo dicho en los artículos anteriores nos ayuda a tratar con la debida profundidad un tema que, por falta de lucidez, está causando daños graves a la sociedad: la «libertad de expresión«. Veámoslo con la metodología rigurosa que estamos aplicando en esta “batalla de las ideas”.
Recordemos que estamos analizando cómo conciliar la libertad y la obediencia.
Sabemos que la palabra obediencia procede del verbo latino ob-audire, oír con atención, escuchar para comprender a fondo. Suele decirse que la libertad y la obediencia se oponen. Agucemos la mente y advertiremos que la libertad más elemental (la «libertad de maniobra», la de hacer sencillamente lo que uno desea) rehúye obedecer a las normas que son meros mandatos.
Esto sucede en el nivel 1, el del trato con objetos, pero todo cambia si subimos al nivel 2, el del trato con “ámbitos”, es decir, con personas y con…
Autor: Alfonso López Quintás
¿Cómo ayudar a las Almas de tu familia en el Purgatorio a llegar al Cielo?
“No basta ser santo ante los hombres, sino que hay que serlo delante de Dios. ¡Recen por mí!”. Palabras impactantes del Monseñor Marengo, Obispo de Carrara, a una religiosa de María Auxiliadora…
La cultura es el camino de la Nueva Evangelización
El objetivo del Papa San Juan Pablo II de involucrar a la cultura en la Nueva Evangelización fue la construcción de una civilización del amor como fuente de libertad y…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…


















