A Stalin no le bastó con ordenar el asesinato en 1940 de su antiguo camarada Trotsky, sino que quiso borrarlo de la historia -a él como a otros purgados- con procedimientos nada sutiles, como hacerlo desaparecer de todas aquellas fotos donde su presencia podía estorbar a los intereses del Partido.
Es un episodio chusco de la historia del comunismo pero, por lo demás, coherente con la aversión del marxismo a la verdad en general (y a la verdad histórica en particular) y con el célebre «lo siento por la realidad» con el que Lenin despachaba cualquier conflicto entre la realidad y su ideología.
Lenin arenga a las tropas en la plaza Sverdlov de Moscú el 5 de mayo de 1920. Arriba, la foto original, donde se ve a Kamenev y a Trotsky a la derecha de la foto, en la escalera. En la foto oficial posterior a su caída en desgracia (abajo), ambos desaparecieron.
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Autor: ReL
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