El humanismo cristiano alberga una riqueza tal que causa sonrojo observar que, a menudo, no logramos presentarla con la brillantez que sería debido, y ponerla en valor.
Sirva de ejemplo el concepto de libertad.
A lo largo de su historia, la Iglesia puso en juego y analizó ampliamente varias formas de libertad, que van de la elemental «libertad de maniobra» ‒que ya un niño es capaz de movilizar‒ a la sublime «libertad creativa» de la persona que da su vida libremente por salvar la de un desconocido, como hizo el Padre Maximiliano Kolbe en el infierno de Auschwitz.
Pues bien, a menudo se reprocha a la Iglesia que no tiene reparo en amenguar la libertad de maniobra de sus fieles o incluso anularla, cuando la verdad es que la Iglesia nos propone que, si queremos vivir en plenitud, debemos en casos amenguar la libertad de maniobra para acrecentar las formas superiores de…
Autor: Alfonso López Quintás
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