Autor: ReL
El año 2020, el año de la pandemia de coronavirus, con sus confinamientos y cierres nunca antes vistos, fue el más extraño en la vida de muchísimas personas, y también en la vida de la Iglesia española. De repente, se cerraron templos y escuelas. Gente sin hogar era recolocada en espacios alternativos. Personas solas requerían que les llevaran bolsas de comida, o poder hablar por teléfono de sus angustias.
Muchos ancianos morían, el resto no podían ser visitados. Los capellanes se contagiaban en hospitales y se preguntaban si también ellos morirían. Los inmigrantes y españoles en economía precaria se encontraban despedidos o con sus trabajos cerrados. Los monasterios de clausura no recibían visitantes que les compraran dulces o artesanías. En 2020 hubo en España, en total, unos 75.000 fallecimientos más que en 2019, que se atribuyen al coronavirus y su presión sanitaria. Todo…