Queridos lectores, en el artículo anterior, nos hallábamos contemplando la bondad infinita de Dios en tantas de sus manifestaciones y me interrumpí exponiendo todo lo que Dios Hijo ha hecho para expresarnos el amor que nos tiene; continuamos, pues, con ello:
Otra de las cosas que Nuestro Señor Jesucristo hizo durante su Vida Pública, además de muchos milagros, fue perdonar pecados (no importa lo terrible que el pecado sea, el Señor lo perdona con todo su Corazón, si existe verdadero arrepentimiento) y anunciar algo realmente admirable: La Sagrada Eucaristía. Un Sacramento, si me permiten que lo diga así, verdaderamente alucinante, que instituyó el Señor en la Última Cena. Sabemos que, en la Eucaristía, bajo las especies de pan y vino se encuentra Cristo, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Pero yo me temo que, Dios sabe cómo, nos hemos habituado a esta realidad…
Autor: Lina Veracruz
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