El padre Piotr Schewior vive en el corazón de la Selva Amazónica desde hace más de 20 años. Dispone de una pequeña embarcación que le permite visitar las comunidades en lugares más inaccesibles para acompañar a los que más sufren y llevarles la alegría del Evangelio.
“Soy párroco en el pueblo y atiendo también a 35 comunidades en medio de la selva. Para visitarlas empleo tres meses viajando por el río”, cuenta el padre Piotr, misionero polaco en Tefe, en plena selva del Amazonas.
“Los indígenas son muy creyentes, tienen mucha fe. Nadie duda de la existencia de Dios pero pocas personas participan activamente de la vida de la Iglesia. Muchos católicos se han ido a grupos pentecostales que prometen una vida mejor y más fácil”, explica.
Gracias al apoyo que él recibe de los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), puede estar presente y acompañar a muchos para animarles en su día a día, para llevarles el consuelo de Jesús en los sacramentos, la Palabra y su propia presencia como sacerdote.
El barco de este sacerdote es un ejemplo de cómo, gracias a los benefactores de ACN se sostienen cientos de proyectos para que sacerdotes, religiosas y catequistas puedan llegar a los lugares más recónditos. Es algo que está en el carisma y los orígenes de esta fundación: ya a principios de la década de 1950, ACN envió camiones convertidos en capillas para atender espiritualmente a millones de desplazados que tuvieron que huir de la Alemania del Este.
Las solicitudes de ayuda llegan de los cinco continentes, para la financiación de todo tipo de vehículos a motor e incluso animales, como mula y burros, para atravesar zonas de difícil acceso. Solo en 2020, se financiaron, gracias a la generosidad de nuestros benefactores, 283 automóviles, 166 motocicletas, 783 bicicletas y 11 barcas. No cesamos de recibir peticiones de ayuda. Las necesidades de la Iglesia pobre y perseguida son una fuente inagotable que, contigo, esperamos seguir colmando.
También los medios de comunicación (radio, televisión, etc.) son imprescindibles para llevar la fe a lugares aislados o donde las infraestructuras no son adecuadas. La radio es un canal fundamental para difundir el Evangelio en lugares donde los cristianos son perseguidos por su fe y no pueden acudir a sus parroquias porque las iglesias están cerradas.
“En todo el mundo hay muchos hombres y mujeres como yo que quieren estar cerca de la gente a pesar de las difíciles condiciones. Ellos necesitan tu ayuda. Muchas gracias por no olvidarte de nosotros”, se despide el padre Piotr Schewior.
Puedes ayudar a este sacerdote y a muchos otros religiosos misioneros y religiosas a través de la campaña «Que haya sitio en tu posada» de Ayuda a la Iglesia Necesitada