Reza el tópico que los pueblos que desconocen su historia están condenados a repetirla. Ojalá fuese así; pues aunque la historia española está llena de episodios turbios siguen siendo mayoría los ejemplares y aun gloriosos.
Pero la abolición del pasado, antes que empujarnos a repetirlo, niega nuestro futuro; porque en todo intento de abolir el pasado subyace –amén de un intento de manipulación social– una bárbara y obscena reivindicación del caos y de la nada.
De lo que se trata no es ya de tergiversar el pasado o de suplantar la verdad con maquinaciones fraudulentas, sino, pura y simplemente, de desmantelar el hermoso andamiaje sobre el que se ha sustentado nuestra cultura.
La infamia que estamos presenciando no afecta únicamente a la enseñanza de la Historia. Si nos asomamos a los planes educativos vigentes, descubriremos que el latín, la literatura, la…
Autor: Juan Manuel de Prada
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