Hoy hemos asistido, una vez más, a una escena que debería revolver las entrañas de cualquier ser humano con un mínimo de decencia. Jesús Poveda, médico, activista y defensor incansable de la vida, ha sido arrastrado y detenido ante el abortorio Dátor de Madrid por ejercer su derecho pacífico a protestar contra el asesinato sistemático de bebés.
Su crimen: sentarse en la puerta del centro, un gesto simbólico, silencioso, que en cualquier otra circunstancia habría sido considerado heroico.
La escena, capturada en imágenes que ya circulan por las redes sociales, es desgarradora. Vemos a un hombre mayor, cargado de convicciones, siendo levantado por varios agentes de policía como si fuera un delincuente peligroso. Mientras tanto, los verdaderos verdugos, aquellos que cobran por terminar con vidas humanas indefensas, permanecen dentro, protegidos por el sistema, amparados…
Autor: Jaime Gurpegui
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