A veces, podemos pensar que Dios se hace el loco cuando nos dirigimos a él. Muchas veces también creemos que los demás se hacen olvidadizos cuando les escribimos y muchas veces no vemos la respuesta que nos gustaría tener. Por ello, podemos tener la sensación que nuestra vida ha de ser acompañada por tantos. Muchas veces quieres tener una sola persona a la que abrir tu corazón y expresar tu vida, pero en ocasiones lo tienes que compartir, a la vez, con otros. Así, quieres expresar cosas que te pasan a la persona que Dios ha puesto de modo providente en tu existencia, pero como a veces también te gusta tener alguna respuesta más inmediata, compartes con otros lo que vives y sientes. Muchas veces compartes con amigos las cosas que Dios te pone en el corazón, y cuando quedas con ellos, hay grandes espacios y mucho tiempo para poder hablar, y en otros momentos, necesitas ir…… Continuar leyendo
Autor: Belén Sotos
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