La igualdad por la igualdad a menudo es injusta, porque se pretende tratar por igual lo que, por defecto o por sí mismo, es legítimamente diferente. No puedes hacer igual, por ejemplo, a un perro que a un gato; lo mismo que no puedes hacer igual a un hombre que a una mujer, porque estamos ante diferencias legítimas que nos vienen dadas. Unos son más listos, más guapos o más sanos que otros y tratar de igualar todo ello, sin más, con un «café para todos» implica no solo dejar de respetar la legítima diferencia o «desigualdad» natural, «por defecto», sino olvidar que, precisamente, esas diferencias nos permiten la complementariedad de unos con otros, la solidaridad mutua: el listo ayuda al que lo es menos, el sano al enfermo, el varón se complementa física y psicológicamente con la mujer, etc.
Por eso mismo, no es lo mismo la heterosexualidad que la homosexualidad, ya que…
Autor: Miguel Ángel Irigaray Soto

Continuar leyendo en: www.religionenlibertad.com
No celebres Halloween, sino quieres rendir a Satán sin saberlo.
Holywins, es la alternativa al culto a los demonios que celebramos cada primero de noviembre Tal vez muchos de nosotros hemos celebrado Halloween cuando éramos niños, porque nos parecía divertido…
Misericordia de Dios: Nunca se cansa de perdonarnos
La misericordia de Dios se manifiesta de diversas formas, ya sea a través del apoyo y la consolación de otras personas, del sacramento de la confesión que nos permite liberarnos…
¿Cómo ayudar a las Almas de tu familia en el Purgatorio a llegar al Cielo?
“No basta ser santo ante los hombres, sino que hay que serlo delante de Dios. ¡Recen por mí!”. Palabras impactantes del Monseñor Marengo, Obispo de Carrara, a una religiosa de María Auxiliadora…