Autor: ReL
Hace 60 años, un hombre y una mujer llegaron al orfanato de la Divina Providencia e Hijas de María, en la colonia Agrícola Oriental, en México. Traían un niño de dos años y una bebé casi recién nacida, de apenas 15 días. Los dejaron a las religiosas con la promesa de que un día volverían a por ellos.
Esa bebé es hoy la hermana Mayín, la superiora de la comunidad desde hace tres años. Ella fue acogida y ahora ella es la acogedora. Esperó encontrar algún día a sus padres y sabe lo que sienten muchas de las niñas que atiende hoy. Ha contado su historia Vladimir Alcántara Flores en Desde la Fe, el semanario de la arquidiócesis de México.
Una infancia muy feliz aunque austera
La hermana Mayín recuerda que su infancia con su hermanito y las religiosas fue muy feliz.
“Tenía yo unos 8 años cuando empecé a darme cuenta de la manera en que las madres se desvivían por nosotros y por todos…