Autor: Carlos Esteban
Tras el Ángelus, el Papa insta a cada persona a preguntarse si está o no cerca de comprender y solidarizarse con un pueblo “martirizado» que sufre.
Una de las cosas que más sorprendían a los paganos de los cristianos de los primeros siglos era su veneración por los restos de quienes habían muerto por su fe, a quienes llamaban ‘testigos’ en griego, es decir, mártires.
Morir por la fe, por no renunciar a la fe, se ha considerado en la Iglesia el sacrificio supremo y el testimonio más perfecto, razón por la que se desaconseja un escrutinio demasiado meticuloso en la vida del mártir, a diferencia de lo que se hace con los santos. Y es que la Iglesia cree que el mártir entra directamente en el grupo de los elegidos meramente por el hecho de haber muerto por su fe, sin que importe cómo de ejemplar o desastrosa haya sido su vida hasta ese momento.
Era esperable que los…