Autor: José María Carrera
Como cada domingo, el Papa Francisco ha comparecido ante miles de fieles desde la ventana del Palacio Apostólico ante la Plaza de San Pedro para el rezo del Regina Caeli y la reflexión sobre el Evangelio del día. Hoy ha meditado sobre la última cena y cómo en esta difícil ocasión, Jesús también fue un ejemplo de paz y mansedumbre.
En primer lugar, Francisco llamó la atención sobre cómo «en un momento que no es precisamente sereno», Jesís se despidió de los apóstoles con afecto y serenidad. «Sabe [que casi todos lo abandonarán], y con todo no reprocha, no usa palabras severas, no pronuncia discursos duros. En vez de mostrar agitación, permanece afable hasta el final», explicó.
Tras lo sucedido, resaltó cómo Jesús también mantuvo su actitud ejemplar pese a que experimenta miedo y dolor: «No deja espacio al resentimiento y la protesta. No se deja llevar por la amargura, no se…