En 2022 se celebra el Año Internacional del Vidrio, lo que nos da pie a recuperar la figura de dos científicos católicos españoles que destacaron en la investigación de esta disciplina en el siglo XX.
Julia Mª González Peña (1925-2010): al microscopio electrónico
Julia Mª González Peña nació en 1925 en el pueblecito burgalés de Revilla del Campo, se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad Central o Complutense de Madrid en 1948 y se doctoró en 1953 gracias a las becas que le concedió el CSIC, la mayor institución científica de la historia de España (que, recordamos, fue fundada por científicos católicos).
Julia María González Peña,
pionera española en microscopía electrónica
También el CSIC le concedió pensiones para Bélgica y Holanda (Gante, Lovaina, Vageningen y Delft), ya doctorada, para formarse en técnicas inexistentes en España de aplicación a la investigación en silicatos, cerámica y vidrio, especialmente en Microscopía Electrónica, técnica que enseñó tanto en el Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC como a los industriales del sector.
Las pensiones en el extranjero que iba recibiendo acreditaban su capacidad de aprender con provecho en estancias breves. En 1962 y 1963 estudió en París con la entonces célebre Dra. Oberlin, autora de la Enciclopedia de Microscopía Electrónica, con la que aprendió microscopía electrónica de transmisión (TEM).
Julia dirigiría después cuatro tesis doctorales a cuatro hombres, alguno de los cuales llegaría a ser científico como ella, sobre novedosos temas que abrían nuevas líneas de investigación inéditas en España en aquella época de los años 70, tales como materiales vitrocerámicos, pastas de cocción rápida, aplicando sobre ellas sus conocimientos de por Microscopía Electrónica en Materiales Cerámicos y Vidrios.
Julia sería, finalmente, la fundadora del Laboratorio de Microscopía Electrónica del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC.
Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC, en España
Promovió y fundó la Sección de Materias Primas de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio. Colaboró con sociedades científicas como la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, fue miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Microscopía Electrónica.
Además, quitándose tiempo para investigar, y con una encomiable actitud de servicio, fue representante electa del Personal Científico en sucesivas Juntas de Gobierno del CSIC, miembro electo de la Comisión Científica del CSIC en el ámbito de Tecnología y miembro electo de la Junta de Gobierno del CSIC, actuando en numerosas comisiones de asesoramiento o decisión de este Organismo: Gestión de la investigación, política científica, recursos humanos y relaciones externas (coordinadora durante un periodo). Falleció en 2010.
Julia María era católica practicante, tal como atestiguan su familia y sus compañeros. La suya era una fe sencilla y convencida, como la de muchas otras personas de su época. Eso no le impidió nunca ser una pionera en la investigación científica de nivel internacional.
Vicente Aleixandre Ferrandis (1908-1985): el experto en cerámica que cita la Biblia
El Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC, que acogió la carrera de Julia Mª González Peña, lo fundó y dirigió otro científico católico ferviente: Vicente Aleixandre Ferrandis.
Vicente Aleixandre Ferrandis, fundador del Instituto de Cerámica y Cristal del CSIC
En un discurso inaugural en 1980 en la Real Academia de Farmacia, titulado «Consideraciones históricas sobre la porcelana», Aleixandre acudió a la Biblia para señalar la importancia fundacional de la arcilla y el conocimiento de las sustancias terrosas en nuestra cultura.
«Quizás en ninguna parte esté expresada esta suprema importancia como en la Biblia. En ella se nos dice que el primer hombre fue hecho de arcilla y que Dios sopló en sus narices el soplo de la vida y el hombre se hizo alma viviente», recordó.
«En tiempos de la Biblia podemos leer en la descripción del Trono de Dios, que se hace en el Apocalipsis de San Juan lo siguiente: «y enfrente del Solio había como un mar de transparente vidrio semejante al cristal».
(En realidad, Apocalipsis hace referencia al ‘mar de cristal’ como una versión mejorada del ‘mar de bronce’ del Templo de Salomón en 2 Reyes 25, que era un enorme recipiente con agua para purificarse de la sangre derramada en los sacrificios; más sobre esto aquí en ReL).
A Vicente Aleixandre Ferrandis no le importaba remontar la investigación para entender el mundo y la ciencia al pensamiento de Dios.
Así, por ejemplo, en su ‘Metodología de la enseñanza de las ciencias experimentales en el bachillerato’ escribió: ‘La magnificencia, el poderío, el propio espíritu dinámico y progresivo de la Ciencia, no son sino el reflejo de esas mismas cualidades del mundo de Dios. Por eso la Ciencia tiene la capacidad de “pensar los pensamientos de Dios”, como dijo el gran físico Kepler, y la de “contemplar la sustancia de su Creador a quien encuentra en su camino”, según hermosas palabras de Pío XII».
Y, meditando sobre el trabajo de un profesor de lo que hoy en España se llama secundaria o bachillerato escribió: «No es sencillo trazar con seguridad el retrato de lo que debe ser un Profesor de Enseñanza Media. Se pueden, sin embargo, indicar unas cuantas condiciones que son totalmente necesarias, ya que el que no las posea no podrá nunca atribuirse el nombre de Profesor. La primera es, sin duda, la vocación, es decir un auténtico e íntimo deseo de enseñar, entregándose por entero a esta noble profesión, que hizo exclamar a San Juan Crisóstomo: “¿Hay algo más grande que orientar a las almas y modelar la conducta de los adolescentes?”
Vicente Aleixandre Ferrandis nació en Alfafar (Valencia) en 1908. Fue Doctor en Químicas y en Farmacia, consejero de número del CSIC, catedrático de Física y Química del Instituto de Enseñanza Media “Cardenal Cisneros” de Madrid, académico de número de la Real Academia de Farmacia, director y fundador del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC, director del Departamento de Silicatos del CSIC, Presidente de la Sociedad Española de Ciencia del Suelo, Director General de Enseñanza Laboral y Profesional, Presidente de la Sociedad Española de Cerámica y Presidente de la Asociación Europea de Cerámica.
Fue autor de más de un centenar de trabajos científicos relacionados con su especialidad de cerámica y vidrio y de varios libros de Física y Química. Recibió premios como el ‘Juan de la Cierva’, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil.