Autor: ReL
En ocasiones fue la Guerra de la Independencia contra Napoleón. Después vinieron la letal Desamortización de Mendizábal (1836-1837) y la Guerra Civil (1936-1939). Y, en otros muchos casos, la desidia, la mala gestión o la falta de vocaciones, agudizada tras el Concilio Vaticano II (1962-1965). Algunos de estos factores, o todos juntos, según los casos, provocaron la pérdida irreparable de cientos de edificios religiosos con gran valor patrimonial y artístico en España.
Monasterios, ermitas, cenobios, iglesias y hospitales quedaron abandonados, cuando no arrasados, vandalizados y saqueados, y lo que antes eran unos monumentos que albergaban valiosas bibliotecas y obras de arte sacro, quedaban reducidos a un montón de escombros. Muchas veces, las piedras y las vigas de madera de esos conventos se arrancaron para construir casas, cercados o incluso plazas de toros, mientras que las más…