En la tradición católica, la escena de la Natividad está envuelta en un profundo silencio sagrado. No es un silencio vacío, sino lleno de asombro y de presencia divina. San Agustín captó con maravilla esta paradoja al afirmar que Cristo fue “bello en cuanto Palabra nacida sin habla”, pues aun recién nacido, incapaz de hablar humanamente, “hablaron los cielos, proclamaron alabanzas los ángeles, [y] una estrella guió a los magos” hacia Él. Es decir, el Verbo eterno llegó al mundo callando, y en ese silencio el resto de la creación elevó su voz: los coros celestiales entonando “Gloria a Dios en el cielo” y la estrella de oriente guiando a los buscadores de la verdad. “Mientras todo estaba en quietud y silencio, y la noche llegaba a la mitad de su curso, tu Palabra omnipotente descendió del cielo desde el trono real” dice la Escritura, subrayando que Dios…
Autor: INFOVATICANA
La ciencia confirma el tipo de sangre que se encuentra en hostias investigadas en milagros eucarísticos
La ciencia lo confirma: se encuentra la misma sangre tipo AB en hostias investigadas en milagros eucarísticos acaecidos en diversos
El cielo es la Plenitud de la comunión con Dios
Aprendamos un poco más sobre la comunión con Dios y cómo nos ayuda a mejorar nuestra vida y, al mismo tiempo, ayuda a mejorar la vida de los demás, porque…
Jacinta Marto, la pastorcita que nos enseña el valor del sacrificio
El 20 de febrero se cumplió el centésimo aniversario de la muerte de Santa Jacinta Marto, la pastorcilla de Fátima fallecida en Lisboa con sólo diez años. Todos conocemos la …



















