
Por Maggie Gallagher
El Papa León XIV ha hecho mucho en los primeros meses de su pontificado para disipar los dañinos malentendidos sobre el canto gregoriano, basados en la ignorancia de lo que realmente enseñó el Concilio Vaticano II.
Cuando se asomó a la logia de San Pedro en su primera aparición pública, como buen fraile agustino, entonó el Regina Caeli junto con 100.000 personas reunidas desde los cuatro rincones de la tierra, que hablaban tantas lenguas como en la Torre de Babel. Sin embargo, todos juntos pudieron cantar espontáneamente el antiguo himno –en latín– en ese momento histórico, mostrando el valor de recuperar el latín como lengua común de la Iglesia católica.
Y luego, para dejar clara su decisión de renovar el respeto por el canto gregoriano, el Pontificio Instituto de Música Sagrada, en colaboración con el Dicasterio para la Comunicación,…
Autor: The Catholic Thing
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