¿Han tenido ustedes ocasión de oír el discurso de Javier Milei, en la madrugada del pasado miércoles, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas? Pues no se lo pierdan. Tanto si comulgan con el personaje como si no. Mejor incluso si no.
En menos de un cuarto de hora, apoyado en su presencia sobria pero leonina, el presidente argentino ha hecho uno de los llamamientos más vibrantes que, a mi modesto entender, se han podido oír en ese foro tan dado al postureo y a lo políticamente correcto. Máxime cuando tres días antes se había aprobado una nueva vuelta de tuerca a la agenda 2030 mediante el llamado Pacto para el Futuro, ¡será por bonitas palabras! Milei ha sabido reconocer con largo y gran elogio el espíritu fundador y las primeras décadas de la ONU, cuando supo convertirse en una fuente de esperanza para un mundo ansioso de paz tras dos arrasadoras guerras…
Autor: Rafael Sánchez Saus
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